Una mañana como cualquier, decidí pasar por la casa de un socios de negocios, al llegar a la casa, la primera persona que vi fue el padre de mi socio de negocio, como de costumbre me dirigí a saludarlo, ya que se encontraba bajo un árbol frutal de mango, disfrutando de uno de los árboles que tiene la característica más preciada de un árbol y es la de dar la mejor sombra que arbol alguno puede dar.
Luego de saludar con un apretón de mano, me impacto con una anécdota, me paralizó con una palabra que me dijo ¿sabía usted que los hombre son como los gallos¿ -expliqueme eso- si sueltas un gallo es con un conjunto de gallina todo estará bien, pero si sueltas dos gallo en un pasto de gallinas habrá grandes problemas, estos iniciarán una pelea y mientras haya un aliento de vida este estará peleando, con quien imagina es su oponente.
Ya estos no prestarán atención a comer, aunque esté muerto del hambre, ya no prestará atención a las gallinas y dará su vida para vencer a su oponente.
En ese momento me quedé pensativo, reflexiones profundamente, jamás pensé que un ser humano tan humilde, con un tono de vos suave y sencillo como el padre de mi socio pudiera darme una cátedra de conocimiento tan profundo; en ese momento recordé lo que una vez me dijera mi apreciado y freneciso abuelo "de cualquier yagüita vieja sale tremento alacran"
Esa descripción de parecido entre los hombre y los gallos, paso todo el día en mi cabeza, luego se llegar a casa, recostarme en mi tan apreciado sofá, pude analizar que los hombres cuando creen tener competencia, sacrifican toda su vida para vencer, acabar y destruir lo que considera competentencia, sacrificando las cosas más preciada, amada de su vida.
Cuando estamos empecinados en destruir, los adversarios, olvidamos comer, ya no dedicamos tiempo a nuestra pareja, hijos y demás familiares, ponemos nuestra vida en peligro, entendemos que en nuestro pasto ya no puede cantar otro gallo.
Hasta se nos olvida que la gallina es la los huevos.
Autor: Prof. Henry Lara
Luego de saludar con un apretón de mano, me impacto con una anécdota, me paralizó con una palabra que me dijo ¿sabía usted que los hombre son como los gallos¿ -expliqueme eso- si sueltas un gallo es con un conjunto de gallina todo estará bien, pero si sueltas dos gallo en un pasto de gallinas habrá grandes problemas, estos iniciarán una pelea y mientras haya un aliento de vida este estará peleando, con quien imagina es su oponente.
Ya estos no prestarán atención a comer, aunque esté muerto del hambre, ya no prestará atención a las gallinas y dará su vida para vencer a su oponente.
En ese momento me quedé pensativo, reflexiones profundamente, jamás pensé que un ser humano tan humilde, con un tono de vos suave y sencillo como el padre de mi socio pudiera darme una cátedra de conocimiento tan profundo; en ese momento recordé lo que una vez me dijera mi apreciado y freneciso abuelo "de cualquier yagüita vieja sale tremento alacran"
Esa descripción de parecido entre los hombre y los gallos, paso todo el día en mi cabeza, luego se llegar a casa, recostarme en mi tan apreciado sofá, pude analizar que los hombres cuando creen tener competencia, sacrifican toda su vida para vencer, acabar y destruir lo que considera competentencia, sacrificando las cosas más preciada, amada de su vida.
Cuando estamos empecinados en destruir, los adversarios, olvidamos comer, ya no dedicamos tiempo a nuestra pareja, hijos y demás familiares, ponemos nuestra vida en peligro, entendemos que en nuestro pasto ya no puede cantar otro gallo.
Hasta se nos olvida que la gallina es la los huevos.
Autor: Prof. Henry Lara
No hay comentarios:
Publicar un comentario
comenta este tema