27.1.19

MI ÚNICA CAMISA ESTÁ ROTA

Eran las 5 de la tarde del 3 de mayo del 1996 una brisa fuerte sopla mi cara, al junto del polvo que penetra mis ojos proveniente de la calle sin asfalto.

A mi edad de 13 años, la timidez me hacía bajar la cabeza cuando estar cerca de la gente se trataba, evitaba no mirar los ojos de nadie, con miedo a mostrar mis miedos.

Uno de mis amigos, llego a invitarme a la fiesta de palos que se celebraba en la parte alta de mi comunidad, muchos pensamiento pasaron por mi cabeza, ¿y ahora que hago? Solo tengo una camisa me la e' puesto 3 veces y mi abuelita no la ha lavado.

Después de mucho pensarlo desidi, ir al río, se que se haría muy tarde pero aún así, fui a hecharme un baño tomé mi camisa la metí bajo mi brazo izquierdo, mientra caminaba visualiza a en mi mente, la gente bailando palos y con los santos montados, y a todos mis amigos reír junto a mi.

El camino aunque nunca fue tan corto, no me di cuenta, porque mi cabeza hacia de una diversion mental, al llegar al rio la deznudes física se apodera de mi, mientra una piedra dura acalambra mis nalgas.

Luego de sentir, el agua fría en mis pies, me sumergi en el Agua no Muy profunda, lego de enjabonarme y salir rapidame, fue cuando recordé lo de mi camisa que tenía que lavar para la fiesta.

Luego de lavarla Con jabón de cuava, y de ponerme la ropa sin secarme, me fue necesario salir de prisa porque la noche arropaba, los árboles y las algas del río suave que corre hacia su pendiente.

Mientras caminaba por el estrecho camino y entre la oscuridad, tomé mi camisa, y fue cuando inicie a sacudirla para que estuviera seca, poder ir con una camisa limpia y olor fresco, a jabón de cuava, al caminar 200 mts. Llegué a la tan anhelada luz fue ahí cuando observe que mi camisa estaba vuelta añicos.

Fue grande mi tristeza, y fue más grande mi desepcion, mañana solo podré reír con los cuentos de mis amigos, y no voy a poder decir mi parte del cuento, ya no podré ver las personas con los muertos y los santos montados, ya no podré ver cuando a Lupita cuando le pongan un cigarrillo en la planta de los pies para que se le quite el muerto de encima.

Ya no podre ver cuando a Teresa la levanten por la piel lateral de su barriga, ni escucharé sus fuertes gritos, porque ella sólo finjia tener un muerto montado.

Mi camisa de tanto sacudirla quedo rota a pena me quedaron pedazos y el cuello en mis manos, por mi camisa rota ya no podre ir a la fiesta, ya no podre ver la cara de los viejos con sigarros de esos que dan risa, y que hacen que las personas se vean con la cara y los labios gruesos.

Por mi camisa rota, no será posible ver como los hombres sudado y mal oliente se toman largos tragos de ron blanco y sus mano están acalambrado de tocar muy fuerte los palos a ritmo de música africana.

Mientras me acercaba a mi casa de tablas, llegó un pensamiento, que paralizó todo mi cuerpo y mente, ¿que le diré a mi abuela cuando vea mi camisa rota?

By: Prof. Henry Lara 

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